miércoles, 10 de diciembre de 2008

" Ser tú no es ser rara, es ser auténtica"

Dicen algunos que a cierta edad nos hacemos invisibles,
que nuestro protagonismo en la escena de la vida declina
y que nos volvemos inexistentes para un mundo
en el que sólo cabe el ímpetu de los años jóvenes.

Yo no sé si me habré vuelto invisible para el mundo,
es muy probable,
pero nunca como hoy fui tan consciente de mi existencia,
nunca me sentí tan protagonista de mi vida
y nunca disfruté de cada momento como ahora.

Ahora sé que no soy la princesa de cuento de hadas
y que no necesito que venga a salvarme un príncipe azul
porque ni soy princesa, ni vivo en una torre,
ni tengo dragón que me custodie.

Hoy me reconozco mujer
capaz de amar.
Sé que puedo dar sin pedir,
pero también sé que no tengo que hacer nada,
ni dar nada que no me haga sentir bien.

Por fin encontré al ser humano que sencillamente soy,
con sus miserias y sus grandezas.

Descubrí que puedo permitirme el lujo
de no ser perfecta, de estar llena de defectos,
de tener debilidades y de equivocarme.
De no responder a las expectativas de los demás
y a pesar de ello, sentirme bien.

Y por si fuera poco, saberme querida por muchas personas
que me respetan y me quieren por lo que soy
si.....así un poco loca, mandona y muchas veces terca
pero también cariñosa, habladora, besucona, pasional
y a veces , por algún motivo, triste,
porque también tengo mis motivos tristes
esos en que pongo cara larga y me da por llorar...

Cuando me miro al espejo, ya no busco a la que fui en el pasado,
sonrío a la que soy hoy
me alegro del camino andado y asumo mis errores.

Hoy sé que nadie es responsable de mi felicidad, sólo yo.
Hoy sé que la vida es bella, porque la he visto partir ya muchas veces.
Y hoy vivo la vida así como es. Sólo quiero vivirla.
No quiero pedirle nada. Sólo quiero tener lo que yo me busqué.
Sólo quiero lo que yo merezca.

Hoy me doy cuenta que no soy invisible.

Anónimo

1 comentario:

Blanca R.C. dijo...

Me parece amiga que estamos recorriendo el mismo camino y yo te diría que es un gran alivio andar ligera de exigencias y prejuicios, que por fin podemos vivir nuestra vida siendo las únicas dueñas de ella, que por fin somos los seres humanos que teníamos que ser y estamos encantadas con habernos conocido.
No sabes como te entiendo amiga
Un beso